martes, 24 de marzo de 2009

Clorfenamina como antihistaminico


Todos los antihistamínicos de primera generación producen sueño, en alrededor del 25% de los pacientes, en dosis terapéuticas.

Se observa también un retardo del tiempo de reacción, confusión, discoordinación motora y una disminución en la capacidad de conducir vehículos.

En el adulto se suele observar estados de ansiedad, angustia y depresión. Sin embargo, en algunos pacientes generan inquietud, hiperactividad e insomnio.Los niños son muy sensibles a su acción tóxica y pese a metabolizarlos más rápidamente que el adulto, fácilmente pueden presentar alucinaciones, convulsiones y coma.


Todos estos efectos sobre el SNC dependen de su unión a receptores H1 localizados en el cerebro y para lo cual no existe antídoto conocido. Son liposolubles, por lo tanto atraviesan la barrera hemato-encefálica.
La clorfenamina
es la única que cuenta con una presentación inyectable, muy útil en procesos agudos graves (shock anafiláctico) que requiere de administración parenteral.Algunos de estos, tienen acción a otro nivel, otros mecanismos de acción, en otros órganos y por ello tienen también otras indicaciones.

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